En mi caso, estuve estos días pasados en Sant Boi de Llobregat y al ver unos ascensores que a ojos de estetas resultarán horribles mamotretos que afean el paisaje, (que conste que a mí tampoco me gustan) yo sentí una inmensa y solidaria alegría con los vecinos, especialmente con los del quinto. Y una esperanza. La accesibilidad no es una quimera, y como digo a menudo, algunos dirán, demasiado a menudo, sólo hace falta un poco de voluntad política. En este barrio, creo que debió ser determinante. En cualquier caso si conocéis el caso particular por un casual y queréis comentar, os estaré muy agradecidos. Estoy convencido que este tipo de actuaciones no solamente mejoraron la vida de los propietarios de las viviendas, sino que acabaron repercutiendo muy positivamente en el aspecto socio-económico del barrio (Ciudad Cooperativa).
No digo que haya que exportar esta solución para todos los casos, que es ciertamente impactante, pero que lo accesorio no haga perder lo fundamental, que es, a mi juicio, mejorar la vida de las personas. Espero vuestras aportaciones y comentarios.