Tanto es así que desgraciadamente a veces, y sólo cuando tenemos suficiente trabajo durante la semana (al menos debería ser así) consideramos el fin de semana, en lugar de para descansar, para hacer esas tareas profesionales que no hemos podido atender de lunes a viernes. Desde tareas contables, ordenar papeles, o simplemente preparar/programar/pensar un poco la semana que va a comenzar.
No obstante, no trabajamos todo el fin de semana, pues si ya es un problema el tener que trabajar sábados e incluso domingos, cuando es menester, peor sería trabajar en jornadas muy largas, si bien, todos los autónomos que me estáis leyendo, sabéis que también ha habido fines de semana de este tipo, lo cual, como peino canas, me considero en la obligación moral de advertiros de que es muy pernicioso y de que si lo hacéis con cierta regularidad, algo estáis haciendo mal.
Pues bien, como decía, acabamos trabajando algunos fines de semana, y lo hacemos entre los espacios de ocio obligados (líneas rojas) y obligatorios, que podemos clasificar en:
- actividades extra-escolares de los niños.
- la playa, en verano, para los que vivimos en la costa.
- visitas de familiares, amigos y allegados.
- reparaciones y compras que ya no se pueden postergar más.
- el partido de la "tele" de tu equipo.
- la actividad física que desarrollas y que también consideras ineludible, por ejemplo, salir a correr.
- cualquier otro compromiso que tenías ya fijado con anterioridad.
Por favor, desmentidme, comentad, pero en ningún caso sospechéis que acabo trabajando para no estar en casa, pues vive Dios que es falso.
Espero haber provocado alguna sonrisa, y como siempre, espero vuestros comentarios. Además, si comentáis que también vais a trabajar el fin de semana, me ayudaréis a sobrellevarlo mejor, pues ya dicen que mal de muchos...